La flor se presenta como un delicado recordatorio de la fugacidad de la vida, sus bordes disolviéndose en forma líquida como un instante fugaz que se escapa. La pintura captura el frágil equilibrio entre la belleza y la impermanencia, invitando al espectador a reflexionar sobre la naturaleza efímera de todas las cosas.
Técnica:
acrylic on canvas